En 1862, los monjes de Chimay comenzaron a elaborar su primera cerveza de acuerdo con las tradiciones monásticas de preparación natural y fermentación alta, misma que continuaría su proceso de refermentación en la misma botella.
En 1876, el hermano Benedicto fue a Francia para aprender a hacer un queso semi-blando: ¡Así nació el queso “trapense” Chimay!
Una cerveza ideal para maridaje!